Gotas de sangre salían de su cuerpo, se le iba poco a poco la vida y aun así nunca quiso bajar de la cruz y escapar de la voluntad del Padre, solo por amor, por borrar la lista de pecados de nuestra vida, ponerlos en la suya y cargar con ellos en nuestro nombre.
Nuestro padre entregó a su Hijo para morir en una cruz humillado y ultrajado, Podríamos preguntarnos ¿Por qué? la respuesta es fácil y sencilla ¡por amor! Por que nos ama con tal intensidad que quiso un día vernos junto a Él en el paraíso.
Mientras Jesús moría en la cruz hace ya casi dos mil años daba una mirada a su pasado y no veía desobediencia ni pecado en su vida en contra de Dios, por que durante 33 años de vida nunca cayo en tentación, siempre fue fiel a su Padre, podríamos decir que es como si desde el instante mismo de su nacimiento hubiera firmado una hoja en blanco donde el Padre escribió e hizo su voluntad. Al final yacía colgado en la cruz con sus manos y pies perforados, con su cuerpo ensangrentado y debilitado por las heridas, levanto su voz vigorosamente y en tono fuerte y alto proclamó el cumplimiento de su misión entre los hombres diciendo: TODO ESTÁ CUMPLIDO.
Jesús proclamó estas palabras no en voz débil si no orgulloso de haber cumplido a cabalidad la voluntad del Padre.
Ahora podemos también nosotros dar una mirada al pasado y preguntarnos: ¿hemos cumplido lo que Dios padre ha mandado a nuestras vidas o nos hemos resistido a aceptar su voluntad?¿ Acaso acostumbramos a hacerle el quite a Dios, a avergonzarnos de comunicar el Evangelio y llevar el mensaje de redención de Jesús? ¿Es acaso posible que mirando los pasos que hemos dado en nuestro existir, gracias a Dios, nos encontremos con que nos da pena y hasta miedo aceptar que creemos en Dios, en su Hijo Jesucristo y en el Espíritu Santo y aun mas delicado nos hacemos llamar cristianos pero nunca hemos seguido las enseñanzas de Cristo Salvador?
Si hoy alguien todavía siente miedo de seguirlo o le da pena anunciarlo, le digo que: Aun esta a tiempo de comenzar a construir, de ser arquitecto y artista de su propia vida pero esta vez permitiendo que El entre en su corazón, Lo dice el propio Jesús: “Mira que estoy a la puerta y llamo si alguien oye mi voz y abre la puerta entraré y cenaré con el y el conmigo”. (AP 3. 20).
Y así cuando estemos en esos últimos momentos podamos levantar nuestros rostros orgullosos y decir fuerte y alto TODO ESTÁ CUMPLIDO cuando tengamos la plena seguridad que Dios ha cumplido su voluntad en nosotros.
Dejemos de lado miedos y vacíos que no nos permiten desatar esas ataduras que nos mantienen presos del mundo, tomemos cada uno nuestras propias cruces y carguemos con ellas ofrezcamos a Jesucristo el sacrificio de presentarnos ante ellos derrumbados y afligidos pero con el corazón intacto de amor por El.
¿Qué es lo peor que puede suceder? Lo peor y más doloroso ya fue hecho por Jesús, el camino que nos dejó no es tan duro nosotros, tenemos que continuar con su pasión, con su sacrificio y al final diremos, “no era tan difícil de seguir como parecía”.
Luís Alfredo Sanabria
No hay comentarios:
Publicar un comentario